¿Qué características tiene que tener un buen conferenciante?

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Todos sabemos lo difícil que puede ser hablar en público, aún cuando se trata de un tema que dominamos o que no interesa. Sin embargo, hay una serie de profesionales que dedican gran parte de su carrera a transmitir sus conocimientos e ideas a un auditorio: los conferenciantes. Tener la capacidad de articular un discurso en público no es lo único que debes esperar de un conferenciante, por eso vamos a profundizar un poco más en las cualidades y características de un buen conferenciante.

Características de un conferenciante

Un buen conferenciante se caracteriza por tener un conocimiento profundo del tema sobre el que diserta. Es evidente que cuando asistimos a una conferencia esperamos encontrarnos con un especialista en determinada materia, pero no es lo único que debemos pedir de una buena conferencia.

Lo cierto es que alguien que conoce bien un tema puede dar con mayor facilidad ejemplos y acercar el tema a los oyentes que no tiene nociones previas sobre el asunto. Además, un conferenciante sabrá mantener la atención del público en todo momento.

No podemos perder de vista que un conferenciante es un speaker profesional. Esto quiere decir que gran parte de su talento radica en saber transmitir nuevo conocimiento al auditorio.

Confianza y seguridad

Esta transmisión de nuevos conocimientos implica que el conferenciante tiene que tener confianza en sí mismo. Un conferenciante seguro de lo que dice transmite no solo información, sino una sensación de inteligencia y precisión que genera confianza también entre el público. Esa sensación de confianza despierta en los otros una mayor atención por lo que se está presentando.

Transmitir entusiasmo

Otra de las características que marca la diferencia entre un speaker profesional y un aficionado es la pasión que se tenga sobre el tema. Contagiar pasión y entusiasmo hace que el público se comprometa más y esté más atento a la disertación. Se pueden tener datos precisos y mucho conocimiento sobre una materia, pero si al exponerlos no se demuestra un interés real por el tema, entonces gran parte de la atención del público se irá perdiendo conforme pasen las diapositivas.

Conocer sus habilidades

Un conferenciante profesional también sabrá cuáles son sus fortalezas y de esa manera se distinguirá del resto de oradores. Muchos ponentes apuestan por el sentido del humor, otros por jugar con imágenes y palabras, y otros tantos centran sus conferencias en la consecución de historias para ilustrar su tesis.

Interactuar con la audiencia

Para mantener a los oyentes alertas y enganchados con el tema a exponer, el conferenciante sabrá dar tiempos dentro de su exposición para que el público participe. Si bien es cierto que el público puede no ser experto en la materia, lo cierto es que a nadie le gusta que le den sermones. Un speaker profesional sabe que dar espacio al público implica generar un diálogo más que un discurso y eso agrada más a los destinatarios de la conferencia.

Control de tiempo

Un conferenciante sabe que tiene la atención del público por un tiempo determinado. Por eso es también consciente de cómo emplearlo y de qué manera articularlo. Una conferencia no debe exceder los 45 minutos y debe tener dinámicas como una introducción, el desarrollo de un tema y conclusiones claras para los oyentes.

Diferencia entre ponencia y conferencia

Una conferencia es una reunión que se centra en una exposición oral sobre un tema determinado. Este tema puede ser tanto de conocimiento científico, académico o incluso doctrinal. El público de una conferencia puede tener o no conocimientos previos sobre el tema del que se diserta y puede contar o no con una ronda de preguntas y respuestas.

Una ponencia, en cambio, es una asamblea de expertos que discuten un tema. Si bien hay una exposición oral por parte del ponente, lo cierto es que la reunión está destinada a que el orador presente una tesis y que el resto de participantes la discuta. Una ponencia siempre llega a conclusiones a través de la puesta en común de los temas tratados por el ponente. Por lo general, la ponencia se basa en una tesis escrita que se pone en común con un grupo de especialistas.

Así, las cualidades de un buen ponente se centran más en el conocimiento previo y sobre la tesis que presentan mientras que un conferenciante tiene que tener una mayor habilidad en su comportamiento y capacidad de transmitir conocimiento.

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